Café en suspenso
En Nápoles existe la costumbre de mandar traer un café y pagar más de lo que se consumió. Por ejemplo, cuatro personas entran, se sientan, piden cuatro cafés y dicen: “Y tres más en suspenso”. Pasado un rato, aparece un pobre a la puerta y pregunta: “¿Hay algún café en suspenso?”. El empleado mira el registro de los adelantados, verificando el saldo y dice: “Sí”. El pobre entra, bebe café y se va, supongo que agradeciendo la caridad.
José Saramago
El dinosaurio
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.
Augusto Monterroso
El emigrante
“–¿Olvida usted algo? – Ojalá”.
Luis Felipe Lornelí